lunes, 21 de junio de 2010

En Murcia


Mi servidor de porno lo sabe todo de mi...

sábado, 8 de mayo de 2010

"siempre hay un idiota que se pone a hablar del tiempo"

Cada año nos quejamos del tiempo en este sitio.
Olvidamos que el verano siempre se hace de rogar, nos va pinchando,
da caricias, golpecitos con la punta para luego retirarse, como si nunca fuera a entrar.
La lluvia quiere a la ciudad y le cuesta mucho irse.
Es normal.
Además, le sienta bien.
Madrid refleja el brillo de las luces, es como un mapa de ébano en la noche.

Sobre él la gente corre, se refugia, se apresura a coger taxis.
Agachan la cabeza a la caza de marquesinas, les abducen los portales...
Al final la lluvia siempre lo consigue.
Se queda sola con Madrid.

Peor aún, nos vuelve cursis.
Valga yo como ejemplo, sentado como un idiota escribiendo sólo un sábado que debería estar pasando emborrachando a alguna tipa cuyo nombre no recuerde al despertar.
Olvidando que debería usar más puntos y más comas.
Perdiendo mi sentido del ridículo y un poco de buen gusto.
Faltándome el respeto, qué cojones.

Haciendo lo que hacemos los idiotas cuando nos enamoramos.

domingo, 4 de abril de 2010

Un año después

¿te acuerdas de cómo acabó todo?



fue en la semana santa del año pasado, bajo un cielo color blanco en alicante,
en una cama en la que nunca hacía calor;
en una playa en la que hablamos de bolaño y de b. traven;
en lo alto de una torre salvavidas.

tú mirabas hacía el mar, yo buscaba sustitutos en los libros.
sabía que, de un momento a otro, iba a tener mucho espacio alrededor,
mucho tiempo por delante, muchas fotos por detrás y mucho hueco en todas partes.

nos mirábamos y ya se intercambiaban despedidas.
discutíamos en silencio.
te había escrito meses antes que quería envejecer contigo oyendo "new slang" de los shins.
lástima.
muy pronto nos empezamos a hacer viejos en rincones separados.

esa noche nos tumbamos en la cama
y recuerdo bien mi boca deletreando las palabras:
¿lo dejamos?
tú lloraste. yo también.
nos agarramos fuerte. muy fuerte.
tan fuerte como pudimos.
"nosotros" se moría aplastado entre tú y yo.

un año (solar) más tarde la primavera lo trae todo de vuelta.
todo lo acabado se acaba de nuevo.
todas las heridas se vuelven a abrir.

pero ahora:
nuestros cuerpos son de otros, nuestras vidas son distintas,
veo las fotos y nosotros somos otros.
se cumplió la profecía.
el tiempo no se para a descansar y siento que te está borrando.
cada día estás más lejos.
no recuerdo como olías al despertar.
he olvidado nuestras bromas.
te vas quedando sin apodos.

aunque sé que me costará olvidar como bailábamos en la cocina, dando vueltas como trompos mientras el gato nos miraba y tú reías y reías y girabas tus ojotes verdes tarareando cualquier cosa.
cuando te recuerdo se me despejan las dudas: te quise tanto que sabías que de mí ya no podías sacar más. te pudo el reto.
no somos, las personas, gente que se conforme con la felicidad.
cuando te canses de catástrofes te arrepentirás de permitir ese pequeño cataclismo.

para entonces, espero, haya llegado el día en que me vengas a la cabeza y seas como el recuerdo de un sueño que se me había olvidado al despertar.

domingo, 21 de marzo de 2010

Hitoride Otra Vez

Domingo, 15:53



Solo.
De cara a la ventana y teleféricos, a un cielo blanquecino como el té con leche que me devuelve, nebuloso, el malestar de la resaca.
No bebí ayer. No lo suficiente como para tener resaca.
4 cervezas y media, un par de sorbos de ron, el equivalente a un vaso de tubo de tequila "Don Fulano" (el mejor que he probado en vida, ya sea aquí o en México) y puede que algo más que haya olvidado.
Bastante pero no lo suficiente.

Recuerdo llegar aburrido al Fabuloso, desestimar la idea de intentar colar a mis 11 amigos usando el pretexto del aforo y la solidez de las paredes en vez de asumir que era el miedo a la negativa del portero o del dueño y vivir otro fracaso, insubstancial, sin importancia, pero fracaso al fin y al cabo y de esos tengo los bolsillos llenos.
Pero tú no pinchas aquí, me pregunta un idiota.
El mismo idiota acaba por acecarse a la puerta y colarnos.
...

Solo.
Recuerdo haberme puesto a hablar con Tito, un amigo colombiano; haber compartido historias; las de su familia, las de la mía; jurarnos mutuamente el matarnos a cuchillo si el uno compartía lo que había oído con alguien que no fuera el otro.
Nos dijimos que la borrachera nos hacía hablar.
A mi me hacía hablar la desgana y el purgatorio.
Me sentí observado por una chica que estaba sentada en un sofá, sola, mientras hablaba con él así que me encendí un cigarro y me senté a su lado, hola, y apoyé los pies en un sillón que había cerca, las piernas enconrvadas como un chico de instituto fumando en un rincón a escondidas de los profesores.
De cerca me di cuenta de que no solo tenía la boca operada, la nariz también.
Era posible que el mismo bisturí hubiera pasado por sus tetas y sumando y sumando acabé por dudar de que la chica fuera chica.
Mis amigos me tiraban de la gorra, me pateaban en los pies, se reían de mi a lo lejos.
Anna (sí, Anna estaba con nosotros) cruzó por delante nuestro en el momento en que la chica que podía ser chico me empezó a hablar.
Argentina.
Peluquera.
No, perdón, encargada de peluquería pero sabía dar tinte y reconocer un buen corte de uno malo.
Fan de John Waters.
Decía que Pink Flamingos estaba bien pero que era mucho mejor Female Travel.
No cabe duda: señoras que son señores...

Le pido un cigarro, me lo enciendo con el que tengo en la mano a punto de acabar y le digo que me excuso. Se lo digo así, me tengo que excusar.
Me levanto dejando solo al chico y me voy con mis amigos.
Le pido a Anna que deje a su novio y vuelva conmigo.
Me contesta que para volver conmigo habría que dejar a mucha gente.
No tengo ni puta idea de lo que significa eso pero para mí la noche se ha acabado así que tiro el cigarro, cojo mi jersey y me despido.
Al final salimos todos.

Al llegar a casa de mi mejor amigo Anna y una amiga suya que está de visita se quedan con él en la puerta y se despiden del resto de nosotros.
Duerme bien en la cama con mi ex-novia, le grito al final de la calle.
Los demás se ríen.
Anna no y da una explicación con tono de enfado, con tono de otra vez la misma broma no.
Mi tono es de jódete y ponte en mi lugar.

Solo.

lunes, 4 de enero de 2010

Facts

  1. Las chicas tienen la regla más de dos veces al mes y si no no les gusto o están embarazadas.
  2. Las chicas, cuanto más jóvenes son, contribuyen menos en los gastos de una cita. Según se van haciendo mayores el precio de las citas sube.
  3. Las chicas de 20 años para abajo no se dan cuenta de lo decepcionante que es que duerman contigo sin que haya sexo de por medio. "¿Qué más dará hoy que mañana?" se dicen. Todavía no sienten el aliento de la muerte acercándose minuto a minuto...
  4. A partir de los 30, sí un tío invita a comer, al cine, a cenar y a ver una peli en su casa no espera solo sexo, quiere tener algo que contar. Y no vale una historia que acabe con "...y después de todo ¡no follamos!"
  5. Una chica tiene que venir de otro planeta o de otra época para que después de pasar más de 12 horas con ella en los términos de una cita (cena, alcohol, noche, cama, etc.) la vuelvas a llamar si no ha habido sexo. Si no se va a casa en OVNI o en máquina del tiempo ya se puede ir olvidando de cómo volver.
  6. Follar con la regla puede ser sucio pero no follar es asqueroso.
  7. No existe diferencia entre masturbarte con la mano izquierda o que te masturbe una chica. Las dos lo hacen mal.
  8. (En una primera cita) Cuando un chico está en la cama con una chica y ella tiene la regla, aunque ninguno de los dos se atreva a sacar el tema, la idea de la mamada está presente como una tercera persona.
  9. Las horquillas, los calcetines y las gomas de pelo solo aparecen en una habitación al tercer día de haberse retirado de su lugar de origen (y casi siempre alrededor, debajo o dentro de la cama).
  10. Un tío al que se ha dejado a medias escribe muchas idioteces.