sábado, 8 de mayo de 2010

"siempre hay un idiota que se pone a hablar del tiempo"

Cada año nos quejamos del tiempo en este sitio.
Olvidamos que el verano siempre se hace de rogar, nos va pinchando,
da caricias, golpecitos con la punta para luego retirarse, como si nunca fuera a entrar.
La lluvia quiere a la ciudad y le cuesta mucho irse.
Es normal.
Además, le sienta bien.
Madrid refleja el brillo de las luces, es como un mapa de ébano en la noche.

Sobre él la gente corre, se refugia, se apresura a coger taxis.
Agachan la cabeza a la caza de marquesinas, les abducen los portales...
Al final la lluvia siempre lo consigue.
Se queda sola con Madrid.

Peor aún, nos vuelve cursis.
Valga yo como ejemplo, sentado como un idiota escribiendo sólo un sábado que debería estar pasando emborrachando a alguna tipa cuyo nombre no recuerde al despertar.
Olvidando que debería usar más puntos y más comas.
Perdiendo mi sentido del ridículo y un poco de buen gusto.
Faltándome el respeto, qué cojones.

Haciendo lo que hacemos los idiotas cuando nos enamoramos.